miércoles, 25 de abril de 2012

Odín el creador de las runas

Odín el creador de las runas




Sé que he estado colgado
De un árbol sobre una roca expuesta al viento.
Nueve noches enteras
herido por una lanza
Y que me he ofrecido a Odín
Yo mismo a mí mismo;
Sobre este árbol
Cuya raíz nadie sabe de dónde proviene.

Nadie me dio pan
Ni un cuerno para beber.
Miraba hacia abajo,
Me esforzaba en las runas,
Las aprendí gimiendo,
Y luego caí a tierra.

Nueve cantos eficaces
Aprendí del famoso hijo 
De Bolthorn, padre de Bestla
Y he obtenido un sorbo
del preciado hidro miel extraído de Odraerer

Entonces he empezado a llevar frutos
Y a conocer muchas cosas,
Y a crecer y a prosperar mucho:
Palabra por palabra
He buscado las palabras
Hecho por hecho

he buscado los hechos

Encontrarás las runas
Y los caracteres explicados,
Unos caracteres muy grandes
Que el orador ha descrito
Y los altos poderes formado,
Y el príncipe del poder grabado.

Odín entre los asios
Pero entre los afios, Daain;
Odín como creador de las runas
Y Dvalin para los enanos;
Aesvid para los gigantes.
Grabo las runas,
Yo mismo las he grabado.

¿Sabes como grabarlas?
¿Sabes como hay que explicarlas?
¿Sabes como hay que describirlas?
¿Sabes cómo hay que probarlas?
¿Sabes cómo hay que rezar?
¿Sabes cómo hay que ofrecer?
¿Sabes como hay que enviar?
¿Sabes como hay que destruir?


Mas vale no suplicar
que pedir demasiado, 
Mas vale no destruir
que destruir demasiado. 
Así grabo Thund las runas 
Antes del origen del hombre, 
Subió donde 
y luego vino.. 

Conozco cantos 
que la mujer del rey no conoce 
ni el hijo del hombre. 

El primero se llama ayuda, 
pues te ayudara 
en las luchas y preocupaciones 

Con el segundo sé 
lo que piden los hijos de los hombres
que quieren vivir como sanguijuelas..

Por el tercero sé
si tengo gran necesidad
de reprimir a mis enemigos
amortiguo el filo del arma:
de mis adversarios
mi las armas ni las trampas pueden perjudicar me.

Con el cuarto sé 
Si los hombres ponen
ataduras a mis miembros, 
Canto de tal forma 
Que puedo andar;
Las trabas se escapan de mis pies 
Y los grilletes de mis manos. 

Con el quinto sé 
Que no veo una flecha escaparse de una mano hostil, 
una flecha volando en medio de ejércitos 
No puede volar tan de prisa 
que no pueda pararla 
Si simplemente la veo. 

Con el sexto sé 
Que si alguien me hiere 
Con la raiz de un arbol verde 
Y si tambien un hombre 
Me declara su odio 
El mal los destruira mas de prisa que a mi. 

Con el septimo sé 
que si veo una casa elevada 
arder sobre sus habitantes 
no ardera con tal furia 
que no pueda salvarla, 
Si este canto puedo yo cantar. 

Con el octavo sé 
Lo que a todos 
Nos es útil conocer 
Allí donde el odio se levanta 
Entre los hijos de los hombres 
puedo enseguida apaciguarlo. 

Con el noveno sé 
Que si tengo la necesidad 
De salvar mi barca del agua, 
Puedo sobre las olas 
Calmar el viento 
Y adormecer el mar. 

Con el décimo sé 
si veo la mujer de los trolls 
jugando en el aire, 
Operar de tal manera 
Que abandonen su forma 
Y su espíritu. 

Con el undécimo sé 
Si tengo que conducir 
A antiguos amigos al combate, 
Grabo runas en sus escudos 
Y con poder van 
Sanos y salvos a combate 
sanos y salvos de él vuelven 

Con el duodécimo sé 
Si veo sobre un árbol 
Un cadáver balanceándose a una cuerda 
Puedo escribir de tal forma 
Y describir en runas, 
Que el hombre andará 
Y hablará conmigo. 

Con el decimotercero sé 
que si vierto agua 
sobre un joven 
no sucumbirá
aunque vaya a la guerra; 
Este hombre no caerá ante la espada. 

Con el decimocuarto sé 
Si en la sociedad de los hombres 
debo enumerar los Dioses, 
Los asios y los alfios, 
conozco las distinciones de todos. 
pocos son capaces de hacerlo. 

Con el decimoquinto sé 
lo que el enano Thodroerer canto 
antes las puertas de Delling. 
cantó la fuerza de los asios 
la prosperidad de los alfios 
la sabiduría de Hroptatyr 

Con el decimosexto sé 
si deseo poseer 
el favor y el afecto de una modesta virgen 
cambio de alma 
de la doncella de blancos brazos 
y doy vuelta completa a su espíritu. 

Con el decimoséptimo sé 
que esta joven virgen 
me evitará contra su corazón. 
Estos cantos, Lodfafner 
los habrás mucho tiempo necesitado, 
no obstante pueden ser buenos, si los comprendes, 
Y provechosos, si los aprendes. 

Con el decimoctavo sé 
Lo que jamás enseñó 
a virgen, mujer u hombre 
Excepto a aquella, la única, 
Que me abraza entre sus brazos 
O es mi hermana.

Ahora están contados 
los cantos de Muy Alto 
En el palacio de Muy Alto. 
Todos útiles a los hijos de los hombres 
pero inútiles a los hijos de los gigantes. 
¡Salud a quién los ha cantado! 
¡Salud a quien los conoce! 
¡Pueda quien los haya aprendido sacarles provecho! 
¡Salud a los que los han escuchado! 

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